La violencia contra la mujer en América Latina ha sido catalogada recientemente como una epidemia en la región, siendo la sexual una de las principales formas de violencia; y la situación de las mujeres en el resto del mundo no es muy distinta. Según un informe de la Organización Mundial de la Salud y datos de la ONU Mujeres, “las cifras recientes de la prevalencia mundial indican que una de cada tres mujeres en el mundo (35%) ha sufrido violencia física y/o sexual de pareja o violencia sexual por terceros en algún momento de su vida”[1].
A raíz de la creciente ola de violencia contra la mujer, en diferentes partes del mundo se organizan protestas, en un afán infructuoso por detenerla, especialmente luego de conocerse casos que estremecen a la población por su crueldad y sadismo. Y en esas protestas se pueden leer un sinnúmero de carteles con frases de repudio a la violencia y de apoyo hacia las mujeres. Una de esas frases que llamó especialmente mi atención y que he visto en reiteradas ocasiones es: “Vivimos en un mundo donde enseñan a las mujeres a cuidarse de no ser violadas, en vez de enseñar a los hombres a NO VIOLAR” … Me llamó la atención por dos razones:
La primera, porque vi una cruda verdad en esa frase, ya que he nacido y crecido en una sociedad machista donde se toma como normal que los hombres acosen a las mujeres en la calle, que les digan obscenidades o que las toquen impúdicamente; donde es común que los hombres golpeen a sus mujeres porque tienen “derechos” sobre ellas −en algunas regiones de mi país las mujeres consideran que sus maridos tienen todo el derecho de golpearlas, porque son sus maridos, ¡¡¡y hasta se enojan si alguien intenta defenderlas!!!; parece una broma, pero no lo es−; y pienso que en gran medida el elevado índice de violencia sexual contra la mujer en mi país y en el resto del mundo es el machismo.
La segunda, porque me hubiera gustado explicarle a quien escribió esa frase que el Islam sí enseña a los hombres a “no violar”. Es más, antes de referirse al tema de la conducta y la vestimenta de la mujer, el Corán hace un llamado de atención a los hombres sobre su comportamiento y les hace una fuerte advertencia: {Diles a los creyentes [¡oh, Muhammad!] que recaten sus miradas y se abstengan de cometer obscenidades, porque eso es más puro para ellos. Dios está bien informado de lo que hacen} [Corán 24:30]. Aquí Dios les está diciendo a los hombres que ni siquiera deben mirar a las mujeres de forma indebida, hasta ese nivel se exige a los hombres respetar a las mujeres, ¡hasta con la mirada! Y se les advierte que Dios sabe lo que ellos hacen, aunque nadie más lo sepa, Dios lo sabe. Entonces, en primer lugar, Dios se dirige a los hombres y les ordena portarse bien y respetar a las mujeres; luego se dirige a las mujeres y les ordena también portarse bien y vestirse con modestia, porque el Islam es equitativo, y nos enseña que tanto hombres como mujeres debemos cumplir con nuestra parte de la responsabilidad para hacer de este un mundo mejor y vivir en armonía. Así que el Islam sí enseña a los hombres a no violar, porque si incluso se les prohíbe mirar a las mujeres indebidamente, pues mucho más prohibido tienen tocarlas indebidamente.
El Islam ha abordado el tema del buen trato hacia la mujer de forma minuciosa y detallada, haciendo énfasis en el respeto especial que ella merece en cada una de las diferentes etapas por las que atraviesa a lo largo de su vida −cuando es hija, cuando es esposa y cuando es madre−, como veremos a continuación.
El respeto hacia las hijas
Antes de que el Islam fuera revelado, entre los árabes era considerado una desgracia el nacimiento de una niña. Mientras que los varones eran causa del orgullo de sus padres y familiares, las mujeres eran motivo de desilusión y tristeza; y por ello tenían la espantosa costumbre de enterrar vivas a las niñas recién nacidas. Dios condenó categóricamente esta actitud y estos crímenes, diciendo: {Cuando se le anuncia a uno de ellos [el nacimiento de] una niña, se refleja en su rostro la aflicción y la angustia por lo que se le ha anunciado, se esconde de la gente avergonzado y duda si la dejará vivir a pesar de su deshonra o la enterrará viva. ¡Qué pésimo es lo que hacen!} [Corán 16:58-59]; y advierte que llegará un día, el Día del Juicio, {cuando se les pregunte a las niñas que fueron enterradas vivas por qué pecado las mataron} [Corán 81:8-9]. De esta manera Dios prohibió aquella práctica salvaje considerándola un pecado muy grave. Pero no solo eso, sino que hizo que la crianza y educación de las hijas fuera un motivo para ganar las bendiciones de Dios y librarse del fuego del Infierno; dijo el Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Dios sean con él): “A quien tenga tres hijas a las que cuide, les provea lo necesario y las trate con misericordia, Al-lah lo hará entrar en el Paraíso sin lugar a dudas”. Entonces un hombre de los presentes preguntó: “¿Y si tiene solo dos hijas?”. El Profeta respondió: “Incluso si tiene dos hijas”.
Es así que el Islam deja establecido el valor de la mujer desde que nace y le otorga un lugar de honor al hacer de ella una fuente de bendición para sus padres en esta vida y en la otra.
El respeto hacia la madre
El Islam ordena el respeto y el buen trato hacia nuestros padres, pero eleva el estatus de la madre por encima del padre. Se relata que un hombre se presentó ante el Profeta (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) y le preguntó: “¡Oh, Mensajero de Al-lah! ¿Quién es la persona que más se merece mi compañía?”. Él respondió: “Tu madre”. El hombre preguntó: “¿Luego quién?”. El Profeta respondió: “Tu madre”. El hombre preguntó por tercera vez: “¿Luego quién?”. El Profeta dijo: “Tu madre”. Y el hombre preguntó nuevamente: “¿Y luego quién?”. Y el Profeta dijo: “Luego tu padre” (Bujari y Muslim).
Incluso el Profeta habló del respeto que se debe tener hacia nuestras tías. Un hombre fue a hablar con el Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) y le dijo: “Oh Profeta, he cometido un pecado grave. ¿Crees que puedo repararlo de algún modo?”. Él le preguntó: “¿Tu madre vive?”. Respondió que no, entonces el Profeta le preguntó: “¿Tienes alguna tía materna viva?”. El hombre dijo que sí, entonces el Profeta le dijo: “Sé bueno y considerado con ella” (Tirmidhi, Al Hakim, Ibn Hibban); y también dijo: “La hermana de la madre tiene un estatus similar al de la madre” (Bujari).
El respeto hacia la esposa
Dijo el Profeta Muhammad: “El mejor de entre los hombres es el que mejor trata a su esposa”.
El Corán ordena: {… traten amablemente a las mujeres en la convivencia. Y si algo de ellas les llegara a disgustar [sean tolerantes], puede ser que les desagrade algo en lo que Dios ha puesto un bien para ustedes} [Corán 4:19].
Durante el último sermón que dio el Profeta Muhammad antes de su muerte, dijo: “… Traten bien a sus mujeres y sean amables con ellas, porque ellas son sus compañeras”.
Conclusión
Una de las principales acusaciones que se hace en contra del Islam es que se trata de una religión machista que oprime a las mujeres, que nos priva de todos nuestros derechos, que estamos sometidas a todo tipo de abusos por parte de los hombres y que debemos aguantar calladas porque a eso nos obliga nuestra religión. Sin embargo, la realidad es que en el Islam el respeto y el buen trato hacia la mujer no es una opción, ¡es una obligación!, es una orden de Dios clara y contundente; y quien no cumpla con esta orden estará incurriendo en un acto de desobediencia por el que tendrá que rendir cuentas ente Dios.
Una vez más, el Islam nos enseña los lineamientos para vivir en armonía y seguridad, para que los derechos de las personas sean respetados, para que los fuertes no abusen de los débiles y que nadie sea tratado con injusticia. Sin embargo, mucha gente prefiere seguir el camino del mal, no sienten compasión ante el sufrimiento ajeno y solo les interesa satisfacer sus deseos a como dé lugar. Pero llegará el día en que todas las injusticias serán saldadas y todo criminal pagará por sus crímenes: {… Pero sepan que tengo preparado para los que cometen injusticias un fuego que los rodeará. Cuando sofocados pidan de beber, se les verterá un líquido como el metal fundido que les quemará el rostro. ¡Qué pésima bebida y qué horrible morada! En cambio, quienes crean y obren rectamente, sepan que recompensaré todas sus obras} [Corán 18:29-30].
El Islam enseña normas de conductas tanto para hombres como para mujeres, enseña elevados valores morales y espirituales; pero mientras la gente no quiera seguir esta guía, el mal en este mundo irá en aumento.
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[1] http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs239/es/, http://www.unwomen.org/es/what-we-do/ending-violence-against-women/facts-and-figures
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