Extractos introductorios de las ciencias del Corán (parte 21 de 54)

“Los mejores entre ustedes son aquellos que aprenden el Corán y lo enseñan”. [Bujari]

 Recopilación del Corán (parte 1)

 Introducción

Ningún libro puede alegar haber sido preservado en su totalidad, ni de forma escrita ni memorizado, desde el día de sus inicios hasta el presente, excepto el Sagrado Corán. Esto es un milagro y una señal de que Al-lah Está cumpliendo Su promesa de que el Corán sería preservado como la última revelación. Mirando hacia atrás en la historia de la recopilación del Corán, se hace evidente el hecho de que el Corán que tenemos a nuestro alcance hoy en día es el mismo Corán que fue revelado al Profeta Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam, y fue memorizado por sus Compañeros alrededor del 1 400 años atrás.

Los documentos históricos son usualmente transmitidos por medio de reportes orales o escritos, por uno o dos individuos, cuya veracidad debe ser puesta en duda. Por lo tanto, el carácter y la aptitud de los narradores/escribas de los documentos deben ser probados para determinar su veracidad e imparcialidad, es decir, si tienen la capacidad de comprender, conservar y transmitir los hechos apropiadamente. A continuación, es importante que el proceso de transmisión de un narrador al siguiente demuestre que ha sido continuo. Una forma común de demostrar esto es asegurarse de que el proceso de transmisión en ningún momento se mantuvo escondido a través de la cadena de narradores.

Una forma común de demostrar eso es asegurarse de que el proceso de transmisión en ningún momento permanece oculto a lo largo de toda la  cadena de narradores.

La metodología islámica para los reportes históricos

Este proceso de transmisión continua de un narrador a otro es aludido por los eruditos musulmanes como Jabarul Al Ahad, una transmisión en la que el menor número de narradores en cada una de las fuentes de la cadena de narradores es uno, dos o tres individuos sinceros, veraces y competentes. Aquellos reportes individuales requieren de mayor investigación a fin de ser considerados como verdadero conocimiento.

Cuando el proceso de transmisión el llevado a cabo no por unos cuantos individuos sino por un gran número de reporteros en cada etapa de la transmisión, por ejemplo, de generación a generación, con una cadena continua, el conocimiento transmitido puede ser considerado verdaderamente definitivo. En tales casos, el número de personas que presenció un cierto hecho es tan grande que es inconcebible que todos ellos conspiraran para armar una mentira, o que todos ellos cometieran los mismos errores al reportarlo.

Los eruditos llaman a tales reportes “transmisiones Mutawatir”. Debido a la abundante evidencia este tipo de reportes son considerados verdaderos a priori, sin ningún rastro de dudas.

¿Qué ocurre en el caso donde miles de personas, todas viviendo en el mismo tiempo y lugar, presencian un hecho, luego lo transmiten a la siguiente generación, todos cuidando conscientemente lo que están transmitiendo? Pues ya no es necesario investigar la honestidad de los narradores involucrados, debido a la improbabilidad de que el hecho será mal reportado o malinterpretado. Obviamente, tampoco habrá necesidad de verificar la continuidad de sus cadenas de reportes. Los eslabones en tal cadena son obvios, ya que cada generación está entrelazada con la siguiente. Además, no se necesitará evidencia corroborativa para apoyarlo, debido al gran número de reporteros involucrados.

Es así cómo el Corán fue transmitido. Fue reportado en texto así como también de de forma oral, de una generación a la siguiente, hasta que nos llegó en la actualidad en su forma original. Este es el único libro de la historia que ha sido transmitido a través de los siglos en un proceso Mutawatir: una generación transmitiéndolo a la siguiente, y así sucesivamente, sin ninguna interrupción. Desde su revelación, el Corán fue memorizado en su totalidad por miles de personas y, al mismo tiempo, fue preservado de forma escrita por un número similar de personas, luego esas personas lo enseñaron a otros y esos a otros, hasta hoy en día, cuando es enseñado diariamente a millones alrededor del mundo. Incluso si todas las copias del Corán fueran perdidas hoy, lo cual es imposible, aún podría encontrárselo memorizado en los corazones de millones de musulmanes, muchos de los cuales ni siquiera hablan la lengua original de su escritura. La autenticidad del Corán es indiscutible.