“Los mejores entre ustedes son aquellos que aprenden el Corán y lo enseñan”. [Bujari]
Recopilación del Corán (parte 5)
Luego de que Zaid, que Al-lah esté complacido con él, aceptó el honor de ser la persona responsable de la primara compilación de las Suras del Corán en lo que vino a ser llamado el Mus-haf, Omar ibn Al Jattab, que Al-lah esté complacido con él, lo anunció en la mezquita y pidió que: “Quien tenga cualquier parte del Corán que haya aprendido del Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, entonces que lo saque a la luz”. En respuesta, la gente se apresuró a llevar a Zaid todo objeto en el que habían registrado los versículos y las Suras.
Zaid, que Al-lah esté complacido con él, continuó sus esfuerzos de recolectar las numerosas piezas donde se hallaba registrado el Corán. Reunió los versículos del Corán de pergaminos, omóplatos, hojas de palmeras datileras y de la memoria de aquellos que lo tenían memorizado. Basado en la recomendación del Califa Abu Baker, que Al-lah esté complacido con él, Zaid no aceptó ningún versículo o Sura que no cumpliera con ciertas condiciones.
Él exigía que la persona tuviera pruebas de que el material que conservaba fue originalmente escrito en presencia del Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam. No aceptaba nada que hubiera sido escrito después de la muerte del Profeta solo basado en la memoria. También exigía que el material fuera confirmado por dos personas confiables que actuarían como testigos, además de él, para testificar que lo habían escuchado al Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, recitar los versículos en cuestión.
A pesar de que Zaid, que Al-lah esté complacido con él, había memorizado todo el Corán y lo había escrito todo él mismo de memoria, aún exigía dos otros memorizadores y una copia escrita de los versículos. De esta manera, Zaid, quien había memorizado todo el Corán y fue uno de los principales escribas del Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, tuvo ayuda de todos y escuchó a todos aquellos que acudían a él, al tiempo que se aseguraba de la autenticidad del Corán que estaba recopilando.
Este fue un gran logro. El Corán fue recopilado y puesto en un solo Mus-haf. Esta copia fue aprobada unánimemente por la comunidad musulmana. Fue recopilada en Medina meses después de la desaparición del Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, donde miles de grandes Compañeros vivían y presenciaron y aprobaron este proyecto. Si tan solo el más mínimo error se hubiera cometido al transcribir el Corán, aquellos que tenían memorizado el Corán, que eran muchos, abrían advertido el error de inmediato y lo habrían corregido. Todos ellos apoyaron la colección, hubo consenso sobre ella y creyeron que hacer esto era lo correcto.
Zaid, que Al-lah esté complacido con él, reportó: “El manuscrito en que estaba el Corán coleccionado permaneció con Abu Baker hasta que Al-lah se lo llevó con Él, y luego con Omar (el segundo Califa), hasta que Al-lah se lo llevó con Él; y finalmente permaneció con Hafsa, la hija de Omar (y esposa del Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam)”. Hafsa, que Al-lah esté complacido con ella, guardó este Corán en su casa en Medina, permitiendo a la gente hacer copias de él o asegurarse que hubieran memorizado correctamente.
Algunos eruditos dicen que la primera compilación del Zaid, que Al-lah esté complacido con él, fue escrita de acuerdo con todos los siete Ahruf, o formas, en las que el Corán fue originalmente revelado. Estos Ahruf eran los dialectos árabes más comunes en los que Al-lah Permitió al Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, recitar el Corán. Esta recopilación significaba preservar el Corán tal como había sido revelado. Esto es lo Abu Baker, que Al-lah esté complacido con él, pretendía y lo que, de hecho, consiguió.
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