Revelando los eventos del Último Día | Parte 4 de 5

La rendición de cuentas y la retribución

Cuando la gente sea reunida, Al‑lah, el más Bendito y Sublime, los pondrá de pie enfrente a Él y los pondrá al tanto de las obras y acciones de cada quien, de la fe o la incredulidad y la obediencia o desobediencia que caracterizaron sus vidas, y de la recompensa o el castigo que cada quien merece. A cada persona se le entregará su libro, ya sea en su mano derecha si fue recto o en su mano izquierda si fue malvado.

Queridos musulmanes, en ese día Al-lah será el Juez de todas las personas, y los ángeles atestiguarán sobre las obras de cada persona en la Tierra, tanto las buenas como las malas: {¿Acaso esperan que [el Día del Juicio] Dios y los ángeles se les presenten a la sombra de las nubes? Para entonces, su situación estaría ya decidida [y serían condenados]. Todos los asuntos retornan a Dios [para que Él juzgue]} [Corán 2:210].

Al‑lah también dice: {La Tierra se iluminará con la luz de su Señor, el registro de las obras se expondrá, se hará comparecer a los Profetas y a los testigos, y [la gente] será juzgada con justicia y nadie será oprimido} [Corán 39:69].

Los criminales serán llevados en cadenas y cubiertos con alquitrán. Debido al gran terror y a la escena tan terrible, las naciones llegarán de rodillas cuando sean llamadas a dar cuenta de sí mismas. {Y verás ese día a todas las naciones arrodilladas. Cada una de ellas será convocada para rendir cuentas según su libro. [Se les dirá:] “Hoy serán juzgados de acuerdo a sus obras”} [Corán 45:28].

Al‑lah, el Más Glorioso y Sublime, no será injusto con nadie en ese día, y recompensará a todos en su totalidad, sin ninguna deducción. Él dice: {Teman el día en que serán retornados a Dios, y en que cada persona reciba lo que merezca sin ser oprimido} [Corán 2:281; 31:161].

La justicia de Al‑lah es suprema, y nadie puede dar cuenta de los hechos de otra persona: {Quien cometa un pecado lo hace en detrimento propio, y nadie cargará con los pecados ajenos} [Corán 6:164].

La excepción es una persona que peca e invita a otra a pecar con ella. La primera cargará con la culpa de lo que hizo y con la culpa de aquel a quien desvió. Lo mismo aplica para una persona que, con el favor de Al‑lah, encuentra su camino a la Verdad e invita a otros al camino recto y la luz. Será recompensada por sus obras y por las de aquellos a quien guio, sin que estos vean disminuida en nada su recompensa. Dice Al‑lah: {Ellos no solo cargarán con sus propios pecados, sino también con los pecados que comentan aquellos que ellos extraviaron} [Corán 29:13].

A cada uno de nosotros Al‑lah nos asigna dos ángeles, para que escriban nuestras obras buenas y malas. Cuando una persona muere, su libro de registro es sellado. En el Día de la Resurrección, se le entregará su libro y se le dirá: {Lee tu libro, pues hoy será suficiente con que tú mismo leas el registro de tus obras [para saber cuál será tu destino]} [Corán 17:14].

En este libro, los puntos mayores y menores, las obras buenas y malas, todo está registrado. Dice Al‑lah: {A cada uno se le expondrá el registro de sus obras, y verás a los pecadores que por temor a su contenido dirán: “¡Ay de nosotros! ¿Qué clase de registro es éste, que no deja de mencionar nada, ni grande ni pequeño?” Encontrarán mencionado todo cuanto hayan cometido, pero tu Señor no oprimirá a nadie} [Corán 18:49].

Por misericordia hacia Sus siervos, Al‑lah multiplica la recompensa de las buenas obras no menos de diez veces. Al‑lah dice: {Quienes realicen una buena obra serán recompensados como si hubieran hecho diez obras buenas} [Corán 6:160].

Ese día, los profetas y mensajeros darán testimonio a favor o en contra de sus respectivos pueblos, afirmando que les entregaron el mensaje: {¿Qué pasará cuando traiga a un testigo de cada comunidad y te traiga a ti [¡oh, Muhammad!] como testigo contra los que niegan la verdad [y las gracias de Dios]?} [Corán 4:41].

Sin embargo, la gente negará las afirmaciones de sus mensajeros, y cada nación afirmará que no recibió a nadie con buenas noticias ni advertencias, así que la nación de Muhammad vendrá y dará testimonio de que los mensajeros sí entregaron sus mensajes. Dice Al‑lah: {Hice de ustedes una comunidad moderada y justa, a fin de que fueran testigos ante la humanidad y fuera el Mensajero testigo de ustedes} [Corán 2:143].

El Mayor Testigo en ese día será el Señor de Gloria, de Quien nadie escapa, ni en la Tierra ni en el cielo. Al‑lah dice: {No hay situación en la que se encuentren, no hay pasaje del Corán que reciten ni otra obra que realicen, sin que Yo sea testigo de lo que hacen} [Corán 10:61].

Los testigos de ese día incluirán la Tierra, los días, las noches, todos ellos atestiguarán lo que se hizo con ellos. Las riquezas atestiguarán a favor o en contra de sus dueños. Dice Al‑lah: {Ese día, la Tierra dará testimonio de todo cuanto sucedió sobre ella} [Corán 99:4].

Los ángeles darán testimonio a favor o en contra de la gente, informando lo que cada quien hizo. Al‑lah dice: {… todos los testigos dirán: “Éstos son quienes mintieron acerca de su Señor”} [Corán 11:18]; y: {Cada hombre se presentará acompañado por un ángel que lo conduzca y otro que será testigo de sus obras} [Corán 50:21].

El tema más importante sobre el que se le preguntará a la gente será sobre su rechazo a la fe en Al‑lah y el tomar socios además de Él. Dice Al‑lah: {Se les preguntará [a los idólatras]: “¿Dónde está lo que adoraban en lugar de Dios? ¿Acaso pueden ellos socorrerlos o siquiera defenderse a sí mismos?”} [Corán 26:92-93].

Toda persona será interrogada acerca de sus obras en la Tierra, pues Al‑lah dice: {¡Por tu Señor! Que haré rendir cuentas a todos ellos por todo lo que hicieron} [Corán 15:92-93].

Lo primero sobre lo que cada persona deberá rendir cuentas es sobre los deberes para con Al‑lah, el Más Sublime, el primero de los cuales es la oración. Porque si es buena, todas las obras de la persona son buenas; y si es mala, todas sus obras son malas. El Imam Al Qurtubi retrató esta escena de la rendición de cuentas así: “Cuando la gente sea resucitada de sus tumbas [y traída] al sitio, y permanezca allí descalza y desnuda, y llegue el momento de rendir cuentas, la orden será dada para que sean traídos los expedientes hechos por los ángeles, y estos serán entregados a cada persona. Quien reciba su libro por la mano derecha estará feliz, y quien lo reciba por la izquierda será miserable”.

Imagina, entonces, cuando se repartan los libros, se pongan las balanzas y seas llamado por tu nombre para que toda la creación escuche: “¿Dónde está Fulano? Venga a rendir cuentas ante Al‑lah, el más Sublime”. Entonces, te darás cuenta de tu destino, temblarás, tus miembros se confundirán, tu color cambiará y tu corazón se sumirá. Imagínate en la presencia de Al‑lah con una hoja en tus manos que reporta tus actos, sin dejar de lado ninguna maldad que hayas guardado en secreto ni ningún asunto que hayas ocultado. ¡Ay de tu corazón, cuánto te arrepentirás por la desobediencia y la negligencia que hayas cometido con Al‑lah!