Por Dr. Jaafar Idris
El Islam, tal y como le fue revelado al Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) y sin ningún cambio ni alteración, es la religión que Al–lah eligió para toda la gente desde el momento en que envió a Su último Mensajero hasta el fin de los tiempos.
El Islam, por lo tanto, es hoy día tal y como fue en sus primeros tiempos. Pero, mientras que los textos de esta religión son inmutables, las condiciones de las personas no lo son. ¿Cómo podemos leer los textos inmutables para abordar nuestras condiciones actuales? Al responder esta pregunta, el ser humano en la actualidad básicamente se ha dividido en dos tipos: el creyente y el revisionista.
El revisionista dice: Mantengan los textos religiosos como son, pero denles significados que se adapten a la cultura contemporánea, de la misma manera que nuestros antecesores les dieron significados que se adecuaban a sus culturas particulares. Los textos son revelación divina, pero su comprensión humana es relativa.
El creyente contesta: Pero el Corán fue revelado en palabras árabes claras cuyos significados son bien conocidos para los araboparlantes: {He descendido el Corán en idioma árabe para que puedan comprender sus significados en su contexto} [Corán 12:2] El Profeta (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) explicó el Corán de forma verbal y con su ejemplo. Todas las palabras y obras del Profeta son consideradas un comentario viviente del Corán.
Los compañeros del Profeta (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) estaban en mejores condiciones de interpretar el Corán que las siguientes generaciones, ya que el árabe era su lengua materna y debido a que tuvieron conocimiento de las circunstancias en que fueron reveladas las aleyas, y las situaciones en las que las palabras del Profeta fueron pronunciadas. Luego vinieron generación tras generación de grandes líderes eruditos cuyas obras existentes son testimonio viviente del hecho de que entendieron, en general, los significados básicos de las aleyas coránicas del mismo modo en que fueron entendidos por las primeras generaciones.
Tu afirmación de que cada generación le dio a las palabras del Corán y a las del Profeta significados que se adecuaban a sus culturas contemporáneas, es algo que la historia desmiente.
Revisionista: ¿Estás diciendo que esas generaciones nunca han diferido?
Creyente: Ellos solo difirieron ligeramente en lo tocante a los significados básicos de las aleyas y los hadices en cuestión. Pero, naturalmente, difirieron a veces en cuestiones como qué debía deducirse lógicamente del texto, o en la forma en que las normas debían ser aplicadas a una nueva situación.
Lo importante es que las diferencias, fueran las que fueren, no surgieron como resultado de las diferencias culturales. Eran diferencias individuales que se dieron incluso entre contemporáneos que vivían en un mismo medio cultural.
Es cierto que llegaron a haber algunas diferencias drásticas, pero estas se dieron entre quienes se adhirieron a la metodología correcta y quienes adoptaron métodos irracionales.
Revisionista: ¿Entonces afirmas que hay un método científico para la interpretación del texto islámico?
Creyente: Digo más bien que existe un método científico para el entendimiento básico de cualquier texto, sea islámico o no.
Revisionista: ¿Cómo?
Creyente: Si quieres entender, por ejemplo, un poema de Shakespeare, ¿qué haces?
Revisionista: Consulto los libros que explican qué quiso decir Shakespeare.
Creyente: ¿Quieres decir que no lo entiendes a la luz de tu propia cultura?
Revisionista: No, porque mi objetivo es entender qué quiso decir Shakespeare con su poema.
Creyente: ¿Quieres decir que les das a sus palabras y frases el significado que él quiso darles en el momento en que escribió su poema, aun si difieren de lo que sugiere el uso actual del idioma inglés?
Revisionista: Por supuesto, porque mi objetivo, como he dicho, es entender lo que realmente quiso decir Shakespeare. Si le doy a sus palabras significados que él no pretendía, estaría atribuyéndole algo que no dijo.
Creyente: ¿Y no sigues ese mismo método si quieres, por ejemplo, ser experto en Aristóteles? ¿No tratas, por ejemplo, de aprender griego antiguo, que es el idioma en el que él escribió su filosofía?
Revisionista: Por supuesto que lo haría, y trataría de no confundirlo con el griego moderno, porque mi objetivo sería entender realmente lo que dijo Aristóteles.
Creyente: ¿Hay algo más, aparte de su idioma, que crees te ayudaría a entender su filosofía?
Revisionista: Sí, por ejemplo, yo trataría, de ver cómo lo entendían sus contemporáneos, porque ellos estaban mejor preparados para ello que yo. También consultaría obras de expertos que me precedieron, etc.
Creyente: Bueno, ese es el método que llamamos científico, y es el método que defendemos para comprender los textos islámicos.
Revisionista: Pero ahora estás ignorando las grandes diferencias que hay entre los textos ordinarios y los textos islámicos.
Continúa en la segunda parte…
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