En la primera parte, comenzamos a comparar los relatos bíblico y coránico de un evento en la vida de Abraham, una vida de confianza en Dios, que los musulmanes celebramos como parte de nuestro Hayy. En específico, tratamos un incidente culminante que conmemoramos en el Eid ul Adha: la disposición de Abraham de sacrificar a su único hijo, actuando según una visión en la que se le pidió que renunciara a su primogénito y, en ese momento, único hijo.
Observamos corrupciones en la narración bíblica que podrían explicar por qué el relato bíblico identifica al “hijo del sacrificio” como el segundo hijo de Abraham, Isaac, en lugar de su primogénito Ismael, como lo indica el Corán en la sura 37, “Los ordenados en filas”.
Continuamos ahora con las evidencias de redacción en el texto bíblico, relevantes para la pregunta de quién fue el “hijo del sacrificio”, y cómo el Corán nos guía hacia la respuesta correcta de dicha pregunta.
Substitución del Nombre de Dios: “Jehová Yireh”
Al igual que con el remplazo del nombre del hijo sacrificado (Génesis 22:2) —Isaac en lugar de Ismael—, así también el nombre particular de Dios ha sido colocado de forma retroactiva en el texto de esta narración bíblica. La Biblia relata que, después de realizar el sacrificio de un carnero que había sido atrapado en un arbusto cercano, Abraham llamó al lugar “Jehová Yireh” (en español, “el Señor proveerá”)
“Abraham alzó la vista y, en un matorral, vio un carnero enredado por los cuernos. Fue entonces, tomó el carnero y lo ofreció como holocausto, en lugar de su hijo. A ese sitio Abraham le puso por nombre: «El Señor provee» [Jehová Yireh]. Por eso hasta el día de hoy se dice: «En un monte provee el Señor»” (Génesis 22:13-14).
Pero este nombre de Dios le era desconocido a Abraham y a Isaac, según otro texto bíblico. El nombre fue introducido en un período posterior, y fue conocido por primera vez por Moisés, como Dios Mismo atestigua:
“Me aparecí a Abraham, a Isaac y a Jacob bajo el nombre de Dios Todopoderoso [El Shaddai], pero no les revelé mi verdadero nombre, que es el Señor [Jehovah]” (Éxodo 6:3).
En consecuencia, es evidente que el nombre “Jehovah Jireh” no pudo haber sido empleado y anunciado por Abraham, y este es un claro ejemplo de una corrupción de detalles en el relato del Génesis en el que se reporta el evento del sacrificio.
Las narraciones de la Biblia y del Corán: La historia redactada vs. el relato revelado
Las narraciones de la Biblia y del Corán con respecto al evento del sacrificio difieren en cuanto a su estatus como revelación divina: el relato bíblico fue redactado en una fecha posterior por un editor del texto, mientras que el relato coránico permanece sin edición desde el momento en que fue revelado, y ha sido meticulosamente preservado en su forma original, como promete Al-lah en el Corán:
{Yo he revelado el Corán y Yo soy su custodio} [Corán 15:9].
La lección de la historia coránica de la sura “Los ordenados en filas” [37:100-113] retrata a hombres devotos, padre e hijo, que estaban listos para someterse a Dios en cualquier circunstancia, evidentemente libres de la preocupación por el resultado de su obediencia.
Según la Biblia, a Abraham se le dijo que sacrificara a su hijo en holocausto. Cuando el hijo quiso saber sobre el animal que debía ser sacrificado, el padre ocultó el mandato que Dios le había dado directamente y evitó revelar su verdadero empeño diciendo que Dios proporcionaría un animal para el sacrificio, como se informa:
“Isaac le dijo a Abraham: ―¡Padre!
―Dime, hijo mío.
―Aquí tenemos el fuego y la leña —continuó Isaac—; pero ¿dónde está el cordero para el holocausto?
―El cordero, hijo mío, lo proveerá Dios —le respondió Abraham.
Y siguieron caminando juntos” (Génesis 22: 7-8).
Cuando llegaron al lugar indicado, el padre amarró al hijo en lugar del animal prometido y tomó un cuchillo para matarlo. Tal devoción ganó la misericordia de Dios y al final se sacrificó un carnero en lugar del hijo.
Por el contrario, el Corán presenta una interacción más matizada y directa entre padre e hijo. No indica que Abraham haya recibido órdenes directas de Dios de llevar a cabo un sacrificio humano (algo que era muy practicado en esa época), ni que el padre hubiera disfrazado su verdadera intención con el fin de atraer a su hijo a un lugar remoto para matarlo, como afirma la Biblia. El Corán dice que, tras haber tenido una visión, Abraham sintió la compulsión de sacrificar a su hijo si era eso lo que Dios le había indicado que hiciera. Como se afirma en el Corán:
{Cuando [Ismael] alcanzó la pubertad, [Abraham] le dijo: “¡Oh, hijito mío! He visto en sueños que te sacrificaba; dime, qué opinas”. Le dijo: “¡Oh, padre mío! Haz lo que te ha sido ordenado; encontrarás, si Dios quiere, que seré de los pacientes”} [Corán 37:102].
Tal rendición y sumisión del hijo y del padre ganó la misericordia de Dios y Él aceptó un “gran sacrificio” en lugar del hijo. Debe notarse que, a diferencia de la Biblia, el Corán no menciona un animal como un carnero, porque el sacrificio del carnero no puede ser mayor que el del hijo de Abraham. Centrándose en la importancia del cumplimiento de Abraham e Ismael con la voluntad de Dios, el Corán le da peso a la historia de esta lección ejemplar: “un gran sacrificio”.
{Lo llamé: “¡Oh, Abraham! Has cumplido con lo que viste [en tus sueños]. Así recompenso a los que hacen el bien”. Esa fue una dura prueba. Pero lo rescaté [a su hijo] ordenando a Abraham que hiciera una gran ofrenda} [Corán 37:104-107].
Ismael: Oculto, mal identificado en el relato bíblico vs. claramente indicado en el Corán
Aunque el Corán no menciona a Ismael por su nombre, en el relato del sacrificio del único hijo de Abraham indica específicamente su presencia y participación en el evento del sacrificio en la sura “Los ordenados en filas”. En esta sura, el Corán nos dice que al conceder la oración de Abraham por un hijo, Al–lah le dio {la albricia de un niño listo a sufrir y abstenerse} [Corán 37:101].
Más adelante, a este mismo hijo se le preguntó su opinión con respecto a ser sacrificado por obediencia a Dios (ya citado en Corán 37:102). Fue solo después de completar el evento del nacimiento y del sacrificio del primogénito, Ismael, que Al–lah le anunció Su recompensa a Abraham con relación a la promesa de su segundo hijo, Isaac, por su nombre:
{Lo albricié con [el nacimiento de] Isaac, quien sería un Profeta virtuoso} [Corán 37:112]
Luego, él glorificó también al segundo hijo diciendo:
{Lo bendije a él [Abraham] y a Isaac} [Corán 37:113].
Fue por la confianza de Abraham en Dios que Él lo bendijo primero con Ismael y luego con Isaac. Ese es el punto de la historia de la voluntad de sacrificar, tanto en la Biblia como en el Corán.
La narración coránica indica sin ambigüedades que el segundo hijo es Isaac y que el primogénito es Ismael (que fue el “único hijo” de Abraham durante 14 años), mientras que la Biblia mezcla a los dos hijos en su narración del evento del sacrificio. A pesar de que los “hechos” compiten en la narración redactada de Génesis 22, el texto aún enfatiza el hecho de que fue el “único hijo” del anciano Abraham el que se pidió que fuera sacrificado.
Dentro de la narración del evento en Génesis 22 encontramos que el nombre “Isaac” pareciera haber sido insertado de forma tardía para identificar a “tu único hijo” (Génesis 22:2) con el hijo favorecido en la escritura hebrea, a saber, Isaac, y en otros versículos para remplazar “suyo/él” con “Isaac” (Génesis 22:6, 7) con el fin de apuñalar la identidad del “hijo” de Abraham mencionado en los versículos 3, 5, 10, 12, 13 y 16. Sin embargo (y por fortuna para nosotros), el relato del Génesis deja rastros de la identidad original del hijo del sacrificio como el primogénito, Ismael. La información contradictoria no ha sido eliminada.
“Pasado cierto tiempo, Dios puso a prueba a Abraham y le dijo:
―¡Abraham!
―Aquí estoy —respondió.
Y Dios le ordenó:
―Toma a tu hijo, el único que tienes y al que tanto amas, y ve a la región de Moria. Una vez allí, ofrécelo como holocausto en el monte que yo te indicaré” (Génesis 22:1-2).
Confusión entre los compiladores de hadices acerca del hijo del sacrificio
Desafortunadamente, una cantidad considerable de personas, refiriéndose a ciertos hadices, piensan que no fue Ismael sino Isaac el hijo sacrificado. Hay algunos narradores de hadices que mencionan a Isaac como el hijo del sacrificio, mientras que otros dicen que fue Ismael. Es interesante que algunos de ellos registran tanto a Ismael como a Isaac en sus propios hadices reportados. De acuerdo con la ciencia del Hadiz, aquellos jadices que tienen afirmaciones o información que van en contra del Corán, deben ser rechazados y considerados como inaceptables.
¿Es posible que Dios le pidiera a Abraham dos veces que sacrificara a cada uno de sus hijos? ¿Cuál hubiera sido el punto del segundo sacrificio, si Abraham tenía al primogénito junto con el segundo?
Así que aquellos hadices que afirman que el hijo del sacrificio es Isaac como “el único hijo”, van en contra del Corán y, por lo tanto, no pueden ser aceptados como documentos islámicos auténticos. Después de todo, los eruditos del Hadiz piensan que dichos hadices son infundados y han sido originados a partir de textos rabínicos, adaptados más tarde para imitar la forma de tradiciones islámicas. Incluso los textos bíblicos nos dan información para concluir que Ismael fue el hijo del sacrificio, ya que fue el primogénito y el único hijo durante 14 años hasta el nacimiento de Isaac. Por lógica, tiene que ser el “único hijo” quien fuera el hijo del sacrificio. Por lo tanto, podemos señalar que el texto bíblico tuvo que sufrir corrupción en la redacción para dar lugar de honor al hijo de la esposa hebrea de Abraham sobre el hijo de su esposa árabe (egipcia), que era su esclava (Génesis 16:1-4).
Además, el evento del sacrificio que nombra a Ismael como el hijo del sacrificio de Abraham ha sido registrado en tradiciones orales entre los árabes. Eventualmente, lo que se decía que eran los cuernos del carnero que fue sacrificado durante este evento estuvo colgado en la Kaba hasta el primer siglo de la Hégira, indicando la importancia de dicho evento para los árabes, aunque Abraham sea reclamado por la tradición hebrea como uno de ellos (como lo representaban los judíos de Arabia durante la época del Profeta Muhammad). En consecuencia, dichos supuestos hadices que mencionan a Isaac como el hijo del sacrificio, deben ser tildados de espurios y, por lo tanto, rechazados en las tradiciones islámicas.
El análisis anterior aclara la corrupción y la distorsión de la Biblia, en la medida en que erróneamente tiene a Isaac como el hijo sacrificado en lugar de Ismael, que ha sido correctamente conmemorado y celebrado entre los musulmanes cada año durante el Eid ul Adha. Esta verdad enorgullece a todos los hijos de Abraham, y también los libera de la falsedad, como dijo Jesús a sus seguidores:
“Si se mantienen fieles a mis enseñanzas… conocerán la verdad, y la verdad los hará libres” (Juan 8:31-32).
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