{Recuerda cuando los jóvenes se refugiaron en la caverna y dijeron: “¡Señor Nuestro! Acógenos en tu misericordia y concédenos que nuestra situación se solucione correctamente”} [Corán 18:10]
El dilema
El Profeta solía retirarse [aislándose de la gente] en la cueva de Hira. “La Gente de la Cueva” se internó allí y vivieron milagrosamente por trescientos años (veremos esta historia en su totalidad en este artículo). El famoso compañero Abu Dharr Al Ghifari practicó esto y vivió en áreas silvestres hasta su muerte. Algunos de los más importantes Compañeros se apartaron recluyéndose en sus casas hasta la muerte cuando los musulmanes iniciaron combates entre sí durante los califatos de Ozmán y Ali.
¿Entonces? ¿Significa esto que debemos tirar nuestras revistas y portátiles y, despidiéndonos de nuestros entristecidos amigos, subirnos a un avión con destino a Brasil y, mientras el avión pasa por la selva amazónica, saltar (asegurándonos antes de que el paracaídas funcione correctamente) y aterrizar en la jungla, para vivir felizmente entre frenéticas hordas de monos?
Sí, deberíamos hacer esto, dadas ciertas condiciones. ¿Cuáles son estas condiciones? ¿Por qué debo vivir entre gente pecadora y adoptar sus malos hábitos? ¿Por qué debo tolerar la crítica de la gente, su juicio, negligencia e imbecilidad? ¿Por qué no me puedo simplemente callar en mi propio cuarto con mi IPhone y mi taza de café y vivir de pizzas a domicilio?
Al ser una mujer que busca el conocimiento, esta inquietud ha sido en ocasiones relevante en mi vida durante algún tiempo. Y en distintos tiempos de mi vida, me he sentido de maneras diferentes al respecto, y siempre he tenido que esforzarme por encontrar el correcto balance entre el aislamiento de los demás para evitar el daño que pudieren causar, y mezclarme, soportarlos y ganar las consecuentes bendiciones. Esto es un asunto de importancia para muchos musulmanes (especialmente para introvertidos como yo), quienes tienen que esforzarse grandemente por mantener su din en un mundo pecaminoso, especialmente para aquellos que están dando sus primeros pasos para acercarse a Al-lah, y para aquellos que en primer lugar son constructores de hogares.
Pero, por otra parte, los musulmanes no son individualistas acérrimos, somos gente socialmente responsable. ¿Cómo establecer un balance?
Empecemos por mirar cada una de las opciones por separado.
Relacionarse con la gente: Sus beneficios y sus perjuicios
Existe una muy poderosa razón para relacionarse con la gente: el Profeta recomendó esto. Él dijo: “El creyente que se relaciona con la gente y soporta esta molestia con paciencia tendrá una recompensa mayor que el creyente que no se relaciona con la gente y no sufre esta molestia” (Ibn Mayah).
Comentando este hadiz, el Shaij Nur Ad-Din Al Itr dijo: “En este hadiz (se menciona) el beneficio de relacionarse con la gente acompañándola. Esto para quienes pueden ser pacientes con los perjuicios de aquellos, en asuntos mundanos o de religión. Lo opuesto también (es verdad) para aquellos que no puedan ser pacientes” (587).
Luego mencionó los casos en los cuales relacionarse con los demás es deseable:
- Ganarse su propio sustento
- Realizar las cinco plegarias diarias en congregación
- Asistir a la plegaria del Yumuah
- Asistir a encuentros de conocimiento y de remembranza de Al-lah
- Visitar a los enfermos
- Asistir a los funerales
- Ayudar a los necesitados
- Educar al ignorante
- Dar consejo a quienes necesitan consejo
Algunos de estos casos, nos dice, son wayib (obligatorios) y otros son sunna. Por otra parte, relacionarse con la gente con el objetivo de ganar dinero para incrementar una ya suficiente ganancia es mubah (permitido) si se está seguro de estar a salvo de perjuicios o de fitna en la propia religión. E incluso esto es sunna si hay en ello un beneficio para los demás, sea en el dunia o en el din, tales como contratar empleados u otros (587-88).
Esto es tan solo una pequeña lista, los beneficios de mezclarse con la gente son muchos. Caminar por las calles sonriendo a los transeúntes trae recompensas.
Por otra parte, relacionarse también implica recolectar todo tipo de pecados y de malos hábitos ajenos, como el chismorreo, asuntos que conllevan ira, amor por las extravagancias, excesos alimenticios, celos, envidia, desperdicio de tiempo, mirar películas pecaminosas, hablar de cualquier cosa y sin sentido, solo por mencionar algunas. Toca estar constantemente en autoobservación, porque es fácil para el Shaitán distraernos al juntarnos con otros pecadores y llegar a decir: “Después de todo, ellos lo hacen, ¿por qué no yo?”
Entonces sopesemos los pros y contras de relacionarnos con los demás:
Desventajas de relacionarse | Ventajas de relacionarse |
Caer en los pecados de las demás personas, tales como: | Ganar recompensas al realizar buenos actos, tales como: |
• Chismorreo | • Fortalecer los lazos de sangre |
• Comer en exceso | • Aligerar el dolor ajeno al escucharlos atentamente |
• Desperdiciar el tiempo | • Ayudar a los demás |
• Esparcir el mal entre la Ummah | • Esparcir el conocimiento |
• Fortalecer los lazos de hermandad en la comunidad | |
• Esparcir el bien en la Ummah | |
• Mantenernos psicológicamente saludables y suplirnos con una red humana de trabajo interactivo |
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