¿El Islam nos dice que algunos son inferiores a otros?

Esas personas son fácilmente movidas por sus emociones. “Son criaturas irracionales. “Ese pueblo jamás alcanzará el estatus de mi pueblo. Imagina que te dicen estas cosas durante toda tu vida. Imagina que se te dice que tu capacidad es inferior. Ahora imagina que quienes te dicen eso, también argumentan que te lo dicen solo porque Dios así lo afirma. 

¿Cómo te verías? ¿Cómo reaccionarías ante quienes te juzgaran de ese modo? ¿Cómo verías a una religión que te dice que eres inferior? Las citas entre comillas fueron tomadas de un sitio web islámico conocido. Solo cambié las palabras “hombres” y “mujeres” a palabras o frases más ambiguas, que podrían referirse a varios grupos de personas, de manera más general. 

Las mujeres son el objetivo de este tipo de humillación. Debido a estas y otras observaciones similares, tanto de eruditos como de laicos, las mujeres musulmanas están experimentando una crisis de identidad y de fe. 

Aquellos que entienden el Islam y saben que es una religión igualitaria, borrarán esas afirmaciones como malentendidos culturales y distorsiones del Islam. Y, sin duda, eso es parte del problema. Pero la otra parte del problema es que, incluso si esas afirmaciones son rechazadas, todavía afectan las vidas, psiques y fe de hombres y mujeres musulmanes. 

¿Cómo llegamos a este punto? 

Hay un puñado de tradiciones proféticas y de aleyas coránicas a los que se aferran quienes quieren ver a las mujeres como inferiores, ignorando tanto el contexto como los principios islámicos globales y fundamentales. 

Sobre una de esas tradiciones proféticas que afirman que las mujeres son deficientes en el intelecto y la religión, escribe Zainab Bint Younus: “Esas palabras, citadas de un hadiz famoso, han sido alegremente utilizadas por muchos hombres musulmanes para degradar y menospreciar a las mujeres, implicando que ellas son, por naturaleza, inferiores”. 

Zainab continúa escribiendo acerca de cómo muchas de las narraciones, traducciones e interpretaciones de este hadiz han sido flagrante y lamentablemente malinterpretadas. 

De modo similar, una aleya que algunos hombres buscan para validar su supuesta superioridad está en la segunda sura del Corán: {Ellas tienen tanto el derecho al buen trato como la obligación de tratar bien a sus maridos. Y los hombres tienen un grado superior [de responsabilidad] al de ellas; Dios es Poderoso, Sabio} [Corán 2:228]. 

Algunos hombres utilizan esta aleya para decirse lo que quieren oír: que son, literalmente, un grado superiores a las mujeres en todo sentido, simplemente en virtud de su sexo. 

Sin embargo, según muchos eruditos musulmanes, en esta aleya “un grado superior” se refiere a que los hombres tienen un grado de más responsabilidad en el matrimonio, en términos de proveer para sus esposas. Y cualquier afirmación de que esta aleya ambigua trata de la superioridad general de los hombres, puede ser contrarrestada con varias aleyas específicas y fundamentales. 

¿Cuáles son los principios igualitarios del Islam? 

El Dr. Jasser Awda, que posee doctorado en filosofía de la ley islámica, escribe: “Los hombres y las mujeres son iguales en el Islam: ante Dios, en la ley islámica, y en términos de su humanidad y su valía. Este es el principio islámico básico según una gran cantidad de fuentes islámicas. Cualquier narración aislada o interpretación que contradiga este principio, debe ser reinterpretada o rechazada en concordancia con la debilidad de su contenido1. 

Allah nos dice en el Corán qué es lo que hace a alguien mejor que otro, y no tiene nada que ver con el género: {¡Oh, seres humanos! Los he creado a partir de un hombre y de una mujer, y los congregué en pueblos y tribus para que se reconozcan los unos a los otros. El mejor de ustedes ante Dios es el de más piedad. Dios todo lo sabe y está bien informado de lo que hacen} [Corán 49:13 (énfasis agregado)]. 

Allah afirma claramente qué es lo que hace a alguien superior, y eso es la piedad. Esta base de valor es una igualdad absoluta de oportunidades. Y, por fortuna, jamás seremos capaces de determinar eso por nosotros mismos, porque solo Al-lah tiene conocimiento del verdadero estado de la piedad de uno. 

Entonces, ¿cómo pueden algunos establecer un sistema completamente distinto, juzgando a los seres humanos con base en algo diferente a lo que Al-lah ha revelado, basado en algo sobre lo que ningún ser humano tiene control? Si fuéramos mejores en virtud de algo sobre lo que no tenemos control, como nuestro género, esa sería una injusticia evidente, y Al-lah jamás es injusto con nadie. 

{Dios no es injusto con nadie ni en el peso de la más ínfima partícula. Por el contrario, retribuye generosamente toda obra de bien, y concede de Su parte una recompensa magnánima} [Corán 4:40]. 

Por otra parte, Kamal Badr, un experto en ley internacional y Sharía, escribe que todo el sistema legal islámico está diseñado como protección para los seres humanos. La ley islámica fue revelada para proteger los intereses de la gente: religión, vida, mente, propiedad y dignidad2. 

Llamar inferiores, ilógicas o seres emocionales a las mujeres, va en contra de estas protecciones básicas que la Sharía ofrece a los seres humanos. Ser insultada, humillada y degradada lastima la mente de la mujer, limita la religión de la mujer y la denigra. 

Manipulación del sentido de la realidad 

La manipulación del sentido de realidad (“hacer luz de gas”) es el uso de técnicas psicológicas para llevar a alguien a dudar de su memoria, su percepción o su cordura. Afirmar que la mujer es inferior, ilógica y demasiado emotiva lleva a que la mujer se cuestione su propia lucidez. Es una forma clara de manipulación del sentido de la realidad. 

La malévola “genialidad” de llamar a alguien inferior en intelecto, ilógico o emocional, está en que cualquier respuesta a esa acusación también puede caer en dicha categoría. Si protestas afirmando que en realidad eres un ser lógico y razonable, la réplica siempre es: ¿Cómo podrías saberlo, si no tienes lógica ni razón? De este modo, una reacción emocional a dicho insulto es manipulada y posiblemente evitada, lo que lleva a la víctima a creer en la posible validez de la afirmación hecha sobre su irracionalidad. 

La ironía aquí es que el uso de este tipo de manipulación muestra una debilidad en la lógica del acusador: utiliza falacias lógicas de argumento circular y ad hominem. 

La manipulación del sentido de realidad es una forma de abuso emocional. Es un asunto tan grave, que Al-lah dice en el Corán: {Quienes causen daño a los creyentes y a las creyentes sin tener motivo alguno, cometen un pecado evidente} [Corán 33:58]. 

Ver la diferencia como inferioridad 

{El hombre no es como la mujer} [Corán 3:36] 

La madre de María, Hina, dijo estas palabras cuando dio a luz a María. Hina había suplicado a Al-lah que le diera un hijo para que ella pudiera dedicarlo a Su servicio en el templo (asumiendo que Él le daría un varón), pero dio a luz a una niña. 

A pesar de que María era una niña, y que “el hombre no es como la mujer”, ella la dedicó a la adoración a Al-lah. Pero, más que eso, María tenía que ser mujer para poder hacer algo que los hombres no pueden. 

La aleya citada no es ambigua. Por la forma en que está redactada la oración en árabe, la mujer es establecida como el estándar, y la oración afirma que el hombre no está a la altura de ella (en ningún modo que se pretenda). Pero (con base en la expectativa cultural) algunos entenderán que los hombres tienen superioridad. (¡La aleya tampoco implica que la mujer es mejor que el hombre!) La diferencia no significa que uno es mejor que el otro. Este fue el error que cometió Iblís cuando se negó a obedecer a Al-lah, “afirmando que él era mejor que Adán porque había sido creado de fuego, mientras que Adán fue creado de barro, y el fuego es mejor que el barro, según lo que él dijo”3. Ver la diferencia como superioridad vs. inferioridad fue arrogancia de parte de Iblís y fue la causa de su condena. 

La realidad es que hombres y mujeres son diferentes, complementarios entre sí, no mejores ni peores. Al-lah nos ha creado para ayudarnos unos a otros, y para ver las cosas de manera distinta de modo que podamos trabajar juntos y así tener una visión holística, beneficiándonos de las perspectivas de los demás, no para decidir quién es mejor, no para seguir los pasos de Iblís. 

Ser degradado, insultado y señalado como inferior a alguien más es perjudicial. Y ese perjuicio no se restringe a las mujeres. Se filtra en el tejido mismo de la sociedad, causando graves injusticias y opresión. Las lecturas misóginas del Islam han tenido un impacto real y nocivo en las vidas de los musulmanes, tanto hombres como mujeres. Hace daño real a nuestra Ummah, llevando a nuestros hermanos a la arrogancia y robando a nuestras hermanas su derecho humano a la dignidad.