Los títulos de las suras (o capítulos coránicos) no son una parte integral del Corán, pero eran usados por los compañeros del Profeta —que Al-lah lo bendiga y le conceda la paz— y por estudiosos posteriores para identificarlas.
Esta sura, en concreto, es de suma importancia para los musulmanes, ya que debe recitarse en cada unidad (o raka’) de los cinco rezos (salat) diarios obligatorios, así como en todos los voluntarios que se quiera efectuar. Recibe este nombre porque es la sura que abre el Libro. Por este motivo también es conocida como “Um Al Kitab” (literalmente “la madre del Libro”, es decir, “la esencia o base del Libro”), y porque los rezos comienzan con su recitación a la vez que esta sura resume el contenido de todo el Corán. Otros nombres que recibe son: “Las siete aleyas del Sagrado Corán que se repiten”, “Al Hamd” (Las alabanzas) o “As-Salah” (El rezo o salat). Contiene siete aleyas y fue revelada antes de la Hégira (la emigración de Muhammad —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz— a la ciudad de Medina después de sufrir trece años de persecución en La Meca. Tal emigración marca el inicio del calendario islámico y coincide con el año 622 d. C.).
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