El Antiguo Testamento rebosa de profecías sobre el Mesías, pero en ninguna parte se anuncia que el Mesías es un Dios que debe ser adorado. Él está para brindarle paz a la tierra, para reconstruir los lugares en ruinas, para reconfortar a los desconsolados, pero en ninguna parte se habla de él como deidad.
“Messiah” simplemente significa “ungido”, y no lleva ninguna connotación de divinidad.
El nombre “Cristo” se deriva del griego christos, que subsecuentemente fue latinizado a “Cristo”. El Theological Dictionary of the New Testament [Diccionario Teológico del Nuevo Testamento] define christos como “Cristo, Mesías, Ungido”. Una segunda opinión es la siguiente: “La palabra Mesías (en ocasiones escrita Messias, siguiendo la transcripción helenizada) representa el hebreo mashiah, o mashuah (ungido) del verbo mashah (ungir). Está traducido al griego exactamente como christos (ungido)”. En español sencillo, si la gente lee el Antiguo Testamento en hebreo antiguo, leerá mashiah, mashuah y mashah. Si lee en griego antiguo, las tres anteriores estarán “exactamente” traducidas como christos.
Este no es un término o título exclusivo de Jesús, ya que en la Biblia misma se le llama con este apelativo como los Reyes Davídicos y los Sumos Sacerdotes.
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